El test de Xoán
En la última práctica realizamos un test, el cual se realiza
analizando una serie de dibujos realizados en un predeterminado orden. Muy
interesante en mi opinión, el modo en el que se juega con nuestro subconsciente
y con nuestras prioridades. El primer dibujo representa la forma en la que te
ves a ti mismo, y el segundo la forma en la que ves a los demás. El tercero y
el cuarto trata de la familia y el trabajo, y los dos últimos de amor y sexo. Tras
hacer los dibujos nos los intercambiamos entre los compañeros, y cada uno tubo analizar
la personalidad del dibujante mediante sus dibujos.
Cuando el profesor explicó que eso era lo que íbamos a
hacer, más de uno deseo poder cambiar los dibujos, yo misma me incluyo. De ahí llego
a la conclusión de: ¿Qué me preocupaba más? ¿Lo que la persona que viera mis
dibujos pensara de mí? ¿O leer de manos de otro lo que no quiero ver de mi
misma?
Según el profesor explicaba lo que significa cada recuadro,
yo pensaba en cada uno de mis dibujos, y me iba poniendo cada vez más nerviosa.
Quería saber quién estaba juzgando toda mi existencia en base a unos garabatos,
hechos sin pensar. Cuando crees que eres una persona sincera contigo y con los
demás y llegas a un punto como este te replanteas algunas cosas. Principalmente
hasta qué punto te mientes a ti misma en cuanto a las cosas que te importan.
Así es como llego a la conclusión de que no me importa
realmente lo que diga mi juez sino el propio echo de examinarme a mí misma en función
de lo que yo misma he dibujado sin pensar. Todo va bien y es normal, hasta
llegar a la casilla del trabajo, donde he dibujado un cubo, es decir, un dado
sin puntitos, y ¿qué significa eso? Y mi inesperada psicóloga opina que veo mi
trabajo como un lugar cerrado. Y cierro los ojos y veo mi lugar de trabajo, y
noto la sensación de encierro que hay siempre detrás de la barra, la sensación de
ahogo que provoca tener que sonreír a desconocidos a los que desearías no
volver a ver. Y reconozco el cubo como mío, como mi creación.
Pero eso no es lo más perturbador, si no que en la casilla
del amor he dibujado un hacha, y he escrito la palabra “herramienta”. Y
llegados a este punto respiro, y continuo con mi vida, porque para ello no
tengo respuesta, y me resulta demasiado perturbador. Y así, continuo con mi
vida.
¡Hola Claudia! Ha sido una experiencia interesante de lo test. Yo también tenía miedo según Xoán iba explicando cada casilla pero creo que somos más duros con nosotros mismos que con los demás. Vamos, tú has corregido mi test y yo creo que de corregirme a mi mismo habría escrito cosas peores. No le des demasiada importancia a lo del hacha, todo es susceptible a la interpretación, hay quien podría decir que eres certera o que rompes con lo que no te conviene. En cualquier caso, sólo es un test.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Pablo
pd: como compañero del gremio hostelero (¿qué pasa con los que hacemos historia? ¿es el bar nuestro inexorable destino?), ánimo.